Lo imposible en manos del Posibilitador
“Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible.”(Mateo 19:26, RVR1960).
Jesús pronunció estas palabras después de que un joven rico se alejara triste, incapaz de soltar sus posesiones para seguirle. Los discípulos, desconcertados, preguntaron: “¿Quién, pues, podrá ser salvo?” (v. 25). La respuesta de Jesús revela una verdad transformadora: La salvación, como cualquier obra divina, no depende de la capacidad humana, sino de la gracia de Dios.
El joven rico confiaba en sus riquezas y en su moralidad, pero Jesús expuso su corazón atado al mundo. Lo imposible para el hombre —liberarse del pecado, amar a Dios sobre todo, o cambiar un corazón endurecido— es posible para el Creador. Así como Abraham y Sara concibieron en su vejez (Génesis 18:14) o Saulo el perseguidor se convirtió en Pablo el apóstol (Hechos 9), Dios sigue rompiendo cadenas que nosotros no podemos.
Te pregunto hermano: ¿Qué “imposibles” enfrentas hoy? ¿Un hábito destructivo, una relación fracturada, una crisis que parece sin salida? Para Dios, no hay muro demasiado alto, ni corazón demasiado frío.
Te invito hermano a Reconocer tu limitación. Deja de intentar controlar lo incontrolable. Ora y dile Señor, yo no puedo, pero Tú sí. Suelta lo que te ata como el joven rico, ¿hay algo que priorizas sobre Dios? (Ej: comodidad, orgullo, miedo). Entrégalo en oración. Confía en Su gracia. La salvación y la transformación son regalos de Dios (Efesios 2:8-9). No las ganamos, las recibimos.